(2009-2011)
El maquillaje no cuenta,
más vale mejorar tu mente.
FRANK ZAPPA
*
El muro
Todos los días y todas las noches
abro los ojos
con la esperanza de ver
el dorado rostro amanecido
Pero el muro sigue allí
El muro sigue allí
**
471 y 29
No solo es un par
de números puestos
al azar
Es una esquina
con sauces y álamos
Una simple esquina
de calles de tierra
Únicas
Imprescindibles
Deseadas
La entrada
a un mundo
que por un breve tiempo
tal vez nos pertenezca
En el sentido sartreano
En el mejor sentido
La clave
Como la flor
que se abre
Como la flor
que se cierra
Eterno y fugaz
La clara verdad
Limones
Los limones caen
de la planta del edén
Por el piso peregrina
la soledad y el destierro
Fifty-fifty
Arrojar el sentimiento
y la razón
para que el círculo
de lo vicioso
se convierta
en nuestra mejor virtud
Celebrar la ausencia
o la continuidad
de nosotros mismos
Desentrañar el callado cielo
desde esta oscuridad
alumbra
Alumbre
El lado oscuro del espejo: un fósforo
a punto de encenderse
En el jardín junto las piedras
Ella tenía los labios morados
con 25 grados al sol
Busco en la máquina por qué
se ponen morados los labios
Toco las letras con las manos heladas
Abuela padecía del síndrome de Raynaud,
aunque debe ser el cansancio
Hablan de problemas de oxigenación
Y pulmonar y cardíaco y celular
No sonó en toda la mañana
En el jardín junto las piedras
Van a parar al balde de albañil
Y por qué por qué tus labios
Las tiro en la vereda de piedras blancas
y sigo preocupado y un poco
Quizás una especial sensibilidad
a ciertos bálsamos labiales
De moras negras de moras
Nunca vienes no estás
Azul violeta de cielo silvestre
De moras colmada
Hermosos labios bellísimos
Basta de todo
Todo eso no la destruyó
Todo eso la hizo mejor
Más hermosa
Más humana
Invisible
Picados por la curiosidad
¿La sensibilidad del otro
nos parte en dos,
nos hace uno?
Y entonces ocurre
lo excepcional
lo no previsible
Tus dedos
acariciando los míos
Me desgajo de vos
y crezco
con una claridad
insospechada
Una madrugada hasta el amanecer
Caí una madrugada
a un departamento
deshabitado cerca del Almafuerte
Nadie me deseaba, nadie
me esperaba en la oscuridad
El sol imposible, lejos,
como siempre, en algún rincón
del primer piso
Me froté los pies
durante algunas horas
intentando no pensar
Y así, hasta el amanecer,
en que el gallo cantó,
y me fui
de donde nunca estuve
La carta secreta
Voy a escribir
una carta secreta
que diga ni lo uno
ni lo otro
Es la hora
del ardid que moviliza
la maldita pesadilla
de vernos todos los días
El camino más fácil
Ella sopla las opacas nubes
de su corazón
y se resfría
Por el motivo que sea
Clara
es tan clara
que no
necesita soles
para embellecer
los días
Eso sí:
cuando cierra
sus ojos
todo hace agua
y lo que vale
la pena
se ahoga
Cáscara y piano
Del piano queda
la cáscara
y en el piso
migas de tus ojos
descubren
la música del presente
Yo no me llamaba Bob
Estábamos perdidos
en el extranjero
en una ciudad como La Plata,
Lévico, Olula del Río o Tokio
Yo no me llamaba Bob
ni vos Charlotte
aunque tenías
los ojos más hermosos
que he visto
en muchos años
y la belleza frágil
de la muchacha del film
de Sofia Coppola
Si todo esto fuese
como en la dulce vida
rebobinaría la cinta
en el momento
en que mi mano
acaricia tu pie
y después te beso
y logro
hacerte sonreír
susurrándote
algo de Roxy Music
o de Spinetta
al oído
Pero no siempre
hay finales abiertos
Un encuentro
en cualquier lugar del planeta
Derrotas
El amor sigue
creciendo
y también
su pena
Sos
la belleza
que duele
La derrota
del no
avanzar
jamás
Rituales
Nadie tuvo la culpa
Todos la tuvieron
Barriendo la realidad
El detalle impreciso
El espejo turbio
La máscara muerta
El fortalecimiento del ritual
bajo la alfombra
donde las ratas
se alimentan
de nuestra feroz
inexistencia
Adiós
El abandono,
paraje de estos tiempos
La soledad detrás del bullicio
La radio tartamuda
La vibración de la heladera
El estruendo de las máquinas que ahogan las calles
Y las ratas invadiendo los sitios que solíamos frecuentar
(No hay lugar para nosotros, no hay
espacio para nuestra sombra
que dice adiós, adiós, y nos deja
partir)
El pasajero
Ser otro
sin pasado
Un hombre nuevo
clandestino por Barco,
Almería o Los Hornos
En otro país,
en otra ciudad,
en otro lugar,
en otra cama,
en otro infierno
***
Poesía pura
Después de la ducha
el vate cuelga
de la percha
la bata
húmeda, blanca,
y seco va,
aún desnudo,
hacia el escritorio
a trabajar
libre
de impurezas
Una medida adecuada a todo
Comenta la señora que hace más de 15 años
que no necesita de los favores de ningún hombre
Que para eso se compró un gato
Y que suele descargar en la escritura
la líbido –no me importa
lo que diga Baudrillard–
El trabajo manual lo hace
encima del sofá con la tele encendida
El gato ronronea y ella
le estampa en la frente la letra “P”
Poeta meando una rueda de su propio auto
Sábado noche en una fonda
del lado sudeste de la ciudad
El poeta espera en la vereda
recostado en un silloncito de verano
Una panera con grisines
y un par de copas servidas
y las cartas sobre la mesa
Llego a la hora señalada
a encontrarme con el último vate
de la ciudad de los parásitos
Hablamos de cosas triviales:
de un par de días sin ingerir antibióticos,
del nombre del gato de la gorda del almacén,
de perros desatados que deambulan como fantasmas
Comemos escalopes con puré
Se levanta
después del décimo tercer cigarrillo
y dice adiós
y camina hacia el auto
desinflado en la calle empedrada
Lo observo
posiblemente
en su momento más feliz
Ante la copa llena
de vino de la casa,
aún sentado
espero el mío
A Leónidas Lamborghini
(1927-2009)
Ella golpea la puerta en la casa de su asesino
El criado dice que su señor no la puede atender, que está
descansando, que vuelva nunca más. La utopía
inicia su camino
bajo la voluntad de una mujer
muerta
A Matías Vernengo
(1963-2010)
Pensé en vos y en algunos de tus poemas
Un día en el Parque Rivadavia
conseguí un disco de Ten Years After
y algunas revistas del peronismo revolucionario
Vos estabas preocupado por cuestiones del espiniyo,
si era mejor garamond o times, un dibujo de Escher
Yo solo quería conseguir un tocadiscos
y volver a casa
Hace un rato un amigo me dio la noticia
Le digo que días atrás pensé en vos
y en algunos de tus poemas
Al colgar el teléfono, ella me dice
que tal vez pasaste a despedirte
Pero no creo en esas cosas,
aunque en este momento quisiera,
porque significaría que andás por algún lado,
de caminata, con un cuaderno
blanco entre las manos
La utopía se nombra
El joven escuchó
a Antonio Gamoneda
recomendar
a tres poetas
que bajo el poncho
se las traen
o trajeron
Diego Jesús Jiménez
(Madrid, 1942-2009),
Manuel Álvarez Ortega
(Córdoba, 1923)
y Enrique Falcón
(Valencia, 1968)
“Por la santísima trinidad
si tengo la más puta idea
de quiénes son”,
dice en tono de preocupación sincera
E-mails
Solía la muchacha escribir
cartas hermosas y extensas
Cartas de amor
Luego creció y decidió
cambiar el amante epistolar
por un vibrador electrónico
Mi perro Dylan
Vengo en baja
En lo que va de la mañana
solo escribí 18 poemas
y no tomé ningún güisqui
Dejé un contundente recado
a mi perro Dylan:
Si ella llama por teléfono,
dile que no insista.
Que no estoy para la foto
Doscientos pesos
Es lo que me pagaron
por unas palabras
y un puñado de poemas
Hay una primera vez
dicen siempre
y suele ser doloroso
En el después, una fonda
detenida en el tiempo,
algunas botellas se vacían,
y un par de falsos billetes
que se desvanecen,
para que el mundo vuelva
a su justo lugar
Volví a usar polleras
Me pongo linda para vos
Tomo sol en las horas correctas
Camino una hora en las mañanas
contando las piedras blancas
de plaza San Martín
Volví a usar polleras,
y a las lecturas de Simone de Beauvoir
Señor de las frutas y las verduras,
respeto las cinco comidas
y cuando puedo me dejo acariciar
por la sombra del sauce
Sos mi héroe mítico
entre tantas moscas y caracoles
Mi gran pena aún es
que no me conozcas
Un poema zen
Nada estalla de las manos
del solitario que escribe su poema
sin pájaros del deseo
La muda
“Estoy bien
pasa que no tengo
palabras”,
dijo la muda
y se puso a cantar,
a cantar
****
Roll para Beethoven
Corre en su sueño por la calle que no va a ninguna parte,
corre con la fuerza de un jugador de ping pong,
con los ajos bien abiertos y deslenguados,
con la santa rita del atardecer inolvidable,
corre calle abajo,
rodando, rodando
Heavy platino
“Ah, la música es otra cosa” nos dice
la tía Estrella y agrega
que luego de las
primeras convulsiones
logra dormirse
No está mal
Aunque jamás hicimos un disco de mierda
Tampoco de pasta ni de vinilo
Como las grandes obras
tiene un destino celebratorio
a pesar de las malditas descargas:
ser de platino o de oro
lloviendo sobre nuestras cabezas
Desafinado
“Estás desafinando mal”
dijo la señora Richards,
y por respeto a su madre
Keith dejó de tocar
“La música es tiempo”,
y en el interior de la habitación
habitó el deseado silencio muerto
Rasguña las piedras
En la reunión de fin de año
nos creemos
Antonio Lucio Vivaldi
y al momento de dar
la mejor de nuestras notas
(paso a la primera del singular
para no herir susceptibilidades)
vomito sobre la mesa
el vino malo y los canapés,
los palmitos y la cerveza,
el vencido corazón,
la prosa de la poesía
A las postres hago
plancha vacía de panza,
beso la frente
del estimado público,
y me voy
silbando una
que sepamos todos
Captain Beefheart
(1941-2010)
El loco me hace escuchar
una música que mata
en una cocina de barrio El Ombú
Dejó el norte de California
Y me pidió un café
No hay frascos en la alacena,
ni yerba secándose en la silla de ruedas
Es de mañana y tempranísimo de viento
El disco se corta y chau, se va
con la madre de toda invención
para electrizar allá lejos
el cielo de este mundo
Elis
Ella mostró su manifiesto
y me regaló una canción
que habla de otros atardeceres
similares a los de siempre jamás
Esa noche llovía Neil Young
y después ella se hizo ella
y Caetano nos habló
de muchachos que se besan
en la calle
No es extraño que el tiempo pase
y los libros viejos se reflejen
en meninas que comienzan
a hacer más de lo mismo
Tal vez mejor, tal vez peor
De la pasión estamos cantando
De la pasión y no de otra cosa
No puedo cantar
Bueno, volveré a casa, hace ya demasiado
tiempo que no escucho el gemir del álamo,
volveré, estuve ciego, volveré, estuve sordo;
volveré a casa, ese es mi deseo, volveré
a usar mis manos en el jardín, limpiaré
los rincones; hola John, hola George, sonará
otra vez la música de días mejores, hola
Raymond, hola Joaquín, hola Edgar, hola fantasmas
de mi corazón, volveré, volveré a ustedes. Ey,
adiós amigos, he estado demasiado tiempo
buscando lo que no existía, yendo hacia
lugares donde no me esperaban, bueno,
estaré pronto, allí estaré, allí, bailaremos
los dos en el río amarillo, como ayer
bailaremos y nos pondremos rojos
de dicha, con vos, la dicha de estar con vos,
allí, en mi lugar, y papeles y papeles y viento,
volveré lugar, volveré hogar, estuve tan mal
afuera, quiero, sí, quiero un poco más de luz,
volveré, amor, volveré, estuve perdido demasiado tiempo
*****
Apenas puedo ofrecerte
No me pidas
que compre
algún regalo
Vivo imposibilitado
de entrar
a lugares extraños
que solo logran producir
acidez estomacal
y dolor de cabeza
Apenas puedo
ofrecerte
este cúmulo
de vagas palabras
salidas del cascarón
a lo largo de este año,
en este sitio,
en otros espacios
En el corazón de mi hogar
UNA MEDIDA ADECUADA A TODO
(2009-2011)
Prólogo por Gabriel Impaglione
1
El muro (19-04-11)
2
471 y 29 (14-11-10)
La clave ((8-12-10)
Limones (24-11-10)
Fifty-fifty (7-11-10)
Alumbre (6-4-11)
En el jardín junto las piedras (19-12-10)
Basta de todo (10-10-10)
Picados por la curiosidad (22-11-10)
Me desgajo de vos (18-12-10)
Una madrugada hasta el amanecer (5-11-10)
La carta secreta (9-11-10)
El camino más fácil (29-6-10)
Por el motivo que sea (11-11-10)
Cáscara y piano (17-12-10)
Yo no me llamaba Bob (11-11-10)
Derrotas (26-11-10)
Rituales (9-11-10)
Adiós (22-3-10)
El pasajero (11-11-10)
Poesía pura (22-2-10)
3
Una medida adecuada todo (19-3-10)
Poeta meando una rueda de su propio auto (23-01-11)
A Leónidas Lamborghini (14-11-09)
A Matías Vernengo, poeta (3-4-10)
La utopía se nombra (5-3-11)
E-mails (2-7-10)
Mi perro Dylan (9-12-10)
Doscientos pesos (11-11-10)
Volví a usar polleras (2-12-10)
Un poema zen (25-1-11)
4
La muda (4-12-10)
Roll para Beethoven (15-4-10)
Heavy platino (13-3-10)
Desafinado (27-11-10)
Rasguña las piedras (9-12-10)
Captain Beefheart, 1941-2010 (18-12-10)
Elis (11-2-11) / 00
No puedo cantar (15-4-11) / 00
5
Apenas puedo ofrecerte (24-12-10)
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