miércoles, 11 de agosto de 2021

Una medida adecuada a todo






UNA MEDIDA ADECUADA A TODO
(2009-2011)





El maquillaje no cuenta, 
más vale mejorar tu mente.
FRANK ZAPPA






*
El muro

Todos los días y todas las noches 
abro los ojos 
con la esperanza de ver 
el dorado rostro amanecido

Pero el muro sigue allí

El muro sigue allí


**
471 y 29

No solo es un par 
de números puestos 
al azar

Es una esquina 
con sauces y álamos

Una simple esquina
de calles de tierra
Únicas
Imprescindibles
Deseadas

La entrada 
a un mundo 
que por un breve tiempo
tal vez nos pertenezca

En el sentido sartreano
En el mejor sentido


La clave

Como la flor 
que se abre

Como la flor 
que se cierra

Eterno y fugaz
La clara verdad


Limones

Los limones caen 
de la planta del edén

Por el piso peregrina
la soledad y el destierro


Fifty-fifty

Arrojar el sentimiento 
y la razón 
para que el círculo 
de lo vicioso 
se convierta 
en nuestra mejor virtud

Celebrar la ausencia 
o la continuidad 
de nosotros mismos

Desentrañar el callado cielo 
desde esta oscuridad 
alumbra


Alumbre

El lado oscuro del espejo: un fósforo 
a punto de encenderse


En el jardín junto las piedras

Ella tenía los labios morados 
con 25 grados al sol
Busco en la máquina por qué
se ponen morados los labios

Toco las letras con las manos heladas
Abuela padecía del síndrome de Raynaud,
aunque debe ser el cansancio
Hablan de problemas de oxigenación

Y pulmonar y cardíaco y celular
No sonó en toda la mañana
En el jardín junto las piedras
Van a parar al balde de albañil

Y por qué por qué tus labios
Las tiro en la vereda de piedras blancas
y sigo preocupado y un poco
Quizás una especial sensibilidad

a ciertos bálsamos labiales
De moras negras de moras
Nunca vienes no estás
Azul violeta de cielo silvestre

De moras colmada
Hermosos labios bellísimos


Basta de todo

Todo eso no la destruyó
Todo eso la hizo mejor

Más hermosa
Más humana

Invisible


Picados por la curiosidad

¿La sensibilidad del otro 
nos parte en dos, 
nos hace uno?

Y entonces ocurre
lo excepcional
lo no previsible

Tus dedos
acariciando los míos


Me desgajo de vos 

y crezco 
con una claridad 
insospechada


Una madrugada hasta el amanecer

Caí una madrugada 
a un departamento 
deshabitado cerca del Almafuerte
Nadie me deseaba, nadie 
me esperaba en la oscuridad
El sol imposible, lejos, 

como siempre, en algún rincón 
del primer piso
Me froté los pies 
durante algunas horas 

intentando no pensar
Y así, hasta el amanecer, 
en que el gallo cantó, 
y me fui 

de donde nunca estuve


La carta secreta

Voy a escribir 
una carta secreta 
que diga ni lo uno 
ni lo otro

Es la hora 
del ardid que moviliza 
la maldita pesadilla 
de vernos todos los días


El camino más fácil

Ella sopla las opacas nubes 
de su corazón 
                              y se resfría


Por el motivo que sea

Clara 
es tan clara 
que no 
necesita soles 
para embellecer 
los días

Eso sí: 
cuando cierra 
sus ojos 
todo hace agua 
y lo que vale 
la pena 
se ahoga


Cáscara y piano

Del piano queda 
la cáscara

y en el piso 
migas de tus ojos 
descubren 

la música del presente


Yo no me llamaba Bob 

Estábamos perdidos 
en el extranjero
en una ciudad como La Plata, 
Lévico, Olula del Río o Tokio

Yo no me llamaba Bob 
ni vos Charlotte
aunque tenías
los ojos más hermosos
que he visto
en muchos años

y la belleza frágil
de la muchacha del film
de Sofia Coppola

Si todo esto fuese 
como en la dulce vida
rebobinaría la cinta 
en el momento 
en que mi mano 
acaricia tu pie
y después te beso
y logro 
hacerte sonreír 
susurrándote 
algo de Roxy Music 
o de Spinetta
al oído

Pero no siempre 
hay finales abiertos

Un encuentro 
en cualquier lugar del planeta


Derrotas

El amor sigue 
creciendo 
y también 
su pena

Sos 
la belleza 
que duele

La derrota 
del no 
avanzar 
jamás


Rituales

Nadie tuvo la culpa
Todos la tuvieron

Barriendo la realidad
El detalle impreciso
El espejo turbio
La máscara muerta

El fortalecimiento del ritual
bajo la alfombra 
donde las ratas 
se alimentan 
de nuestra feroz 
inexistencia


Adiós

El abandono, 
paraje de estos tiempos
La soledad detrás del bullicio
La radio tartamuda
La vibración de la heladera
El estruendo de las máquinas que ahogan las calles

Y las ratas invadiendo los sitios que solíamos frecuentar


(No hay lugar para nosotros, no hay 
espacio para nuestra sombra 
que dice adiós, adiós, y nos deja 
partir)


El pasajero

Ser otro 
sin pasado

Un hombre nuevo
clandestino por Barco, 
Almería o Los Hornos

En otro país, 
en otra ciudad, 
en otro lugar, 

en otra cama, 
en otro infierno


***
Poesía pura

Después de la ducha 
el vate cuelga 
de la percha 
la bata 
húmeda, blanca, 

y seco va, 
aún desnudo, 
hacia el escritorio 

a trabajar 
libre 
de impurezas


Una medida adecuada a todo

Comenta la señora que hace más de 15 años 
que no necesita de los favores de ningún hombre
Que para eso se compró un gato

Y que suele descargar en la escritura 
la líbido –no me importa 
lo que diga Baudrillard–

El trabajo manual lo hace 
encima del sofá con la tele encendida

El gato ronronea y ella 
le estampa en la frente la letra “P”


Poeta meando una rueda de su propio auto

Sábado noche en una fonda 
del lado sudeste de la ciudad

El poeta espera en la vereda 
recostado en un silloncito de verano
Una panera con grisines 
y un par de copas servidas
y las cartas sobre la mesa

Llego a la hora señalada 
a encontrarme con el último vate 
de la ciudad de los parásitos

Hablamos de cosas triviales: 
de un par de días sin ingerir antibióticos, 
del nombre del gato de la gorda del almacén, 
de perros desatados que deambulan como fantasmas


Comemos escalopes con puré


Se levanta 
después del décimo tercer cigarrillo 
y dice adiós 
y camina hacia el auto 
desinflado en la calle empedrada

Lo observo 
posiblemente 
en su momento más feliz

Ante la copa llena 
de vino de la casa,
aún sentado 
espero el mío


A Leónidas Lamborghini 
(1927-2009)

Ella golpea la puerta en la casa de su asesino
El criado dice que su señor no la puede atender, que está 
descansando, que vuelva nunca más. La utopía 

inicia su camino 
bajo la voluntad de una mujer 
muerta


A Matías Vernengo
(1963-2010)

Pensé en vos y en algunos de tus poemas

Un día en el Parque Rivadavia 
conseguí un disco de Ten Years After 
y algunas revistas del peronismo revolucionario
Vos estabas preocupado por cuestiones del espiniyo, 
si era mejor garamond o times, un dibujo de Escher
Yo solo quería conseguir un tocadiscos 
y volver a casa

Hace un rato un amigo me dio la noticia
Le digo que días atrás pensé en vos 
y en algunos de tus poemas

Al colgar el teléfono, ella me dice 
que tal vez pasaste a despedirte

Pero no creo en esas cosas, 
aunque en este momento quisiera, 
porque significaría que andás por algún lado, 
de caminata, con un cuaderno 
blanco entre las manos


La utopía se nombra

El joven escuchó 
a Antonio Gamoneda
recomendar 
a tres poetas 
que bajo el poncho 
se las traen 
o trajeron

Diego Jesús Jiménez
(Madrid, 1942-2009),
Manuel Álvarez Ortega
(Córdoba, 1923)
y Enrique Falcón
(Valencia, 1968)

“Por la santísima trinidad 
si tengo la más puta idea 
de quiénes son”, 

dice en tono de preocupación sincera


E-mails

Solía la muchacha escribir 
cartas hermosas y extensas
Cartas de amor

Luego creció y decidió 
cambiar el amante epistolar

por un vibrador electrónico


Mi perro Dylan

Vengo en baja
En lo que va de la mañana 
solo escribí 18 poemas 
y no tomé ningún güisqui

Dejé un contundente recado 
a mi perro Dylan:
Si ella llama por teléfono,
dile que no insista.

Que no estoy para la foto


Doscientos pesos

Es lo que me pagaron
por unas palabras 
y un puñado de poemas

Hay una primera vez 
dicen siempre 
y suele ser doloroso

En el después, una fonda 
detenida en el tiempo, 
algunas botellas se vacían, 

y un par de falsos billetes 
que se desvanecen,
para que el mundo vuelva 
a su justo lugar


Volví a usar polleras

Me pongo linda para vos

Tomo sol en las horas correctas
Camino una hora en las mañanas 
contando las piedras blancas 
de plaza San Martín

Volví a usar polleras, 
y a las lecturas de Simone de Beauvoir

Señor de las frutas y las verduras,
respeto las cinco comidas 
y cuando puedo me dejo acariciar
por la sombra del sauce

Sos mi héroe mítico 
entre tantas moscas y caracoles

Mi gran pena aún es 
que no me conozcas


Un poema zen

Nada estalla de las manos 
del solitario que escribe su poema 
sin pájaros del deseo


La muda

“Estoy bien 
pasa que no tengo 
palabras”,

dijo la muda 
y se puso a cantar, 

a cantar


****
Roll para Beethoven

Corre en su sueño por la calle que no va a ninguna parte, 
corre con la fuerza de un jugador de ping pong, 
con los ajos bien abiertos y deslenguados, 
con la santa rita del atardecer inolvidable, 
corre calle abajo, 

rodando, rodando 


Heavy platino

“Ah, la música es otra cosa” nos dice 
la tía Estrella y agrega  
que luego de las 
primeras convulsiones 
logra dormirse

No está mal
Aunque jamás hicimos un disco de mierda
Tampoco de pasta ni de vinilo

Como las grandes obras 
tiene un destino celebratorio 
a pesar de las malditas descargas: 
ser de platino o de oro 
lloviendo sobre nuestras cabezas


Desafinado

“Estás desafinando mal”
dijo la señora Richards,
y por respeto a su madre 
Keith dejó de tocar

“La música es tiempo”,
y en el interior de la habitación 
habitó el deseado silencio muerto


Rasguña las piedras

En la reunión de fin de año 
nos creemos 
Antonio Lucio Vivaldi 
y al momento de dar
la mejor de nuestras notas
(paso a la primera del singular 
para no herir susceptibilidades)

vomito sobre la mesa
el vino malo y los canapés,
los palmitos y la cerveza,
el vencido corazón,
la prosa de la poesía

A las postres hago 
plancha vacía de panza, 
beso la frente 
del estimado público, 
y me voy 
silbando una 
que sepamos todos


Captain Beefheart 
(1941-2010)

El loco me hace escuchar
una música que mata 
en una cocina de barrio El Ombú

Dejó el norte de California
Y me pidió un café

No hay frascos en la alacena,
ni yerba secándose en la silla de ruedas

Es de mañana y tempranísimo de viento

El disco se corta y chau, se va 
con la madre de toda invención 
para electrizar allá lejos

el cielo de este mundo


Elis

Ella mostró su manifiesto 
y me regaló una canción 
que habla de otros atardeceres 
similares a los de siempre jamás

Esa noche llovía Neil Young  
y después ella se hizo ella 
y Caetano nos habló 
de muchachos que se besan 
en la calle

No es extraño que el tiempo pase 
y los libros viejos se reflejen 
en meninas que comienzan 
a hacer más de lo mismo

Tal vez mejor, tal vez peor

De la pasión estamos cantando
De la pasión y no de otra cosa


No puedo cantar

Bueno, volveré a casa, hace ya demasiado
tiempo que no escucho el gemir del álamo,
volveré, estuve ciego, volveré, estuve sordo;
volveré a casa, ese es mi deseo, volveré
a usar mis manos en el jardín, limpiaré
los rincones; hola John, hola George, sonará
otra vez la música de días mejores, hola
Raymond, hola Joaquín, hola Edgar, hola fantasmas
de mi corazón, volveré, volveré a ustedes. Ey,
adiós amigos, he estado demasiado tiempo
buscando lo que no existía, yendo hacia
lugares donde no me esperaban, bueno,
estaré pronto, allí estaré, allí, bailaremos
los dos en el río amarillo, como ayer 
bailaremos y nos pondremos rojos
de dicha, con vos, la dicha de estar con vos, 
allí, en mi lugar, y papeles y papeles y viento,
volveré lugar, volveré hogar, estuve tan mal
afuera, quiero, sí, quiero un poco más de luz,
volveré, amor, volveré, estuve perdido demasiado tiempo


*****
Apenas puedo ofrecerte 

No me pidas 
que compre 
algún regalo

Vivo imposibilitado 
de entrar 
a lugares extraños 
que solo logran producir 
acidez estomacal 
y dolor de cabeza

Apenas puedo 
ofrecerte 
este cúmulo 
de vagas palabras 
salidas del cascarón  
a lo largo de este año, 

en este sitio, 
en otros espacios

En el corazón de mi hogar


UNA MEDIDA ADECUADA A TODO
(2009-2011)

Prólogo por Gabriel Impaglione

1
El muro (19-04-11)

2
471 y 29 (14-11-10)
La clave ((8-12-10)
Limones (24-11-10) 
Fifty-fifty (7-11-10) 
Alumbre (6-4-11)
En el jardín junto las piedras (19-12-10) 
Basta de todo (10-10-10)   
Picados por la curiosidad (22-11-10)   
Me desgajo de vos (18-12-10)  
Una madrugada hasta el amanecer (5-11-10)   
La carta secreta (9-11-10)   
El camino más fácil (29-6-10)   
Por el motivo que sea (11-11-10)   
Cáscara y piano (17-12-10)   
Yo no me llamaba Bob (11-11-10)   
Derrotas (26-11-10)  
Rituales (9-11-10)   
Adiós (22-3-10)   
El pasajero (11-11-10)   
Poesía pura (22-2-10)   

3
Una medida adecuada todo (19-3-10)   
Poeta meando una rueda de su propio auto (23-01-11)  
A Leónidas Lamborghini (14-11-09)   
A Matías Vernengo, poeta (3-4-10)   
La utopía se nombra (5-3-11)   
E-mails (2-7-10)   
Mi perro Dylan (9-12-10)   
Doscientos pesos (11-11-10)   
Volví a usar polleras (2-12-10)   
Un poema zen (25-1-11)   

4
La muda (4-12-10)   
Roll para Beethoven (15-4-10)   
Heavy platino (13-3-10)   
Desafinado (27-11-10)   
Rasguña las piedras (9-12-10)   
Captain Beefheart, 1941-2010 (18-12-10)   
Elis (11-2-11)   /   00
No puedo cantar (15-4-11)   /   00

5
Apenas puedo ofrecerte (24-12-10)

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