viernes, 13 de agosto de 2021

El mago





EL MAGO 
Y OTROS TEXTOS
(1998-1999)

Cuadernos
Plaquetas






El mago

El mago dice 
“es urgente realizar tu carta natal
para saber acerca de tu posición 
en cuanto a los astros
y si tu vida tiene sentido 
o no”

El mago agrega 
“la historia se completaría 
con una serie de sesiones 
de tarot 
para saber realmente
qué es eso que aqueja tu alma”

Digo al mago 
“muchas gracias, lo voy a meditar”
y me encuentro 
en ese ejercicio
mientras busco un libro en la biblioteca
y dudo 
y no es jactancia
en elegir entre todos estos volúmenes que saltan 
ante mis ojos
los de mejor ubicación
Y crece en mí 
la incertidumbre 
de si es conveniente 
seleccionar alguno de la energía de Paracelso
que para eso está
O aprovechando que se aproxima el último 
eclipse de sol
las profecías de Nostradamus
que acabará con todos nosotros
O ese de la editorial Usted Puede Hacerlo
que interpreta los sueños
O aquel con el que puedo limpiar 
los alrededores de la casa 
de alimañas 
alimañas y ángeles 
descarriados

Y no puedo evitar 
que regresen a mí 
otros libros

Libros 
que conmovieron 
mi existencia

Libros 
en que encontré respuestas 
y nuevas interrogaciones

Libros 
que supieron marcarme 
lo bello y lo feo
lo feo y el mal

Libros 
que me hicieron feliz
o algo así, eso creo

Y me pregunté acerca de qué 
habrá sido de esos libros
Traté de recordar si 
no habrán desaparecido 
en alguno de esos incendios 
de los que nos acostumbró este país
Y pensé en qué estado se encontrarán hoy 
esos poetas de la naturaleza 
de la Grecia primitiva

Qué será de la sabiduría 
de esos jipis piadosos
a los que llamaron Esenios

Qué de esos existencialistas y surrealistas 
franceses y del mundo 
que me ayudaron a pensar y a imaginar 
Y de los historiadores de la verdad
o por lo menos de una verdad aproximada

Qué de esos poetas comprometidos 
con el dolor y la injusticia
Y qué de esos chinos de la antigua China 
que encendían el universo
Y de los verdaderos habitantes de esta tierra
a los que diezmaron 
con la imposición de la cruz

Quizás algunos de esos libros 
se encuentren 
en el sector más recóndito y elevado 
de la biblioteca
Esos que se ven ahí 
a la distancia
arrumbados
cubiertos de polvo y de ceniza 
y marcados de humedad
olvidados de toda niña de las manos
ya imposibles de acceder
por que no hay manera 
ni escaleras 
para estas cuestiones


Es cosa corriente 
que el mago nos invite 
a la ceremonia del encuentro 
Es en esa hora 
en la que nos muestra 
sus verdaderas virtudes 
de alquimista 
Y nos agasaja con una bacanal 
de platos exóticos y riquísimos 
al paladar y otros sentidos 
Donde las pastas 
del tipo que sean 
estallan de matices 
Las ensaladas se presentan 
como arco iris ante decenas de espejos 
Salsas exquisitas 
elaboradas en parte 
con el rito del mortero 
previa visita a la huerta de la casa 
Pizzas que brotan de las palmas de las manos del mago
chorreando su néctar
en el que no faltan 
el ajo
la albahaca
Todo bendecido con líquidos 
de agradable bouquet

Es en esos momentos 
en los que realmente creo en la magia 
de mi amigo

Y me toco los bolsillos 
tanteando las pocas tintineantes 
monedas que me quedan
pensando 
en si serán suficientes 
para comprar las tablas 
de mi salvación 
y hacer la escalera 
para desempolvar y acomodar 
otra vez 
los libros 

de la biblioteca

City Bell, 08.98


Preguntas a mi madre

Hoy visitó la casa
como sucede 
en estas ocasiones
trajo obsequios
regalos que calman 
el anhelo 
las asperezas 
de las entrañas
y además
agua para bendecir 
la piel

Han pasado 
Algunas horas de su visita
y la sigo sentada 
en el lugar más luminoso 
del ventanal 
contándonos acerca 
de la belleza del jardín 
de la suerte que tuvo 
con sus hijos
de la prolongación 
de sus hijos
y de algunas de esas cosas
que creo suelen conversar
las madres

mientras liberaba 
como a pájaros
sus asuntos 
me detuve a observar 
sus lúcidas manos
manos centelleantes 
que jugueteaban 
tiernas en el regazo 
que siempre nos contuvo

y desde allí 
me elevé 
hacia un rostro
aún no definitivo
donde marcas 
cicatrices
símbolos 
del dolor
día a día
parecen acentuarse

no quise interrumpir 
sus palabras
pero pensé preguntarle 
si su vida ha sido feliz 
si lo es ahora

Ese tipo de preguntas 
que se suele dejar 
para días de otro 
color

Interrogaciones
que a veces es preferible evitar
por temor a la respuesta 
que uno intuye

City Bell, 27.07.99


Otra versión:
La respuesta que uno intuye

Ella visitó la casa

A pesar de su partida está sentada
en el lugar más luminoso
contándonos acerca de la belleza del jardín
 
No quise interrumpir sus palabras
pero pensé preguntarle
si ha sido feliz
si lo es ahora

Ese tipo de preguntas que se suele dejar
para días de otro color

Interrogaciones que a veces
es preferible evitar
por temor a la respuesta


Algo que decirte

A ella la vida parece no andarle demasiado bien
por lo menos eso es lo que ella piensa

o lo que ella piensa cuando percibe
que las cosas no están bien

ahora
pues

para que las cosas comiencen a estar bien
ella piensa
que pateando      la pelota
fuera del campo de juego

sería algo así como
barajar de nuevo
empezar todo otra vez

lo que no nota
cuando ella piensa lo que piensa
es que todos
cada día
a cada instante
estamos comenzando
la partida el juego
o como quieras llamarle
a esto que es
la vida

Así que

dejá de pensar
lo que estás pensando
y empujá la desdicha a un lado
porque para el dolor
siempre hay tiempo

y recordá

la vida
no es más que estos pedazos de nosotros
compartidos con los demás

City Bell, 09.08.99


Otra versión:
Ella dijo

Empujá la desdicha a un lado
porque para el dolor
siempre hay tiempo

y recordá
la vida
no es más que estos pedazos de nosotros
compartidos con los demás


Don Silva

Don Silva detuvo la bicicleta para conversar, volvía a casa el hombre necesitado de contar, y contó que a su niña, a su niña de quince años, que hace seis lo visita, está en coma, en un hospital de Berazategui o Gonnet, ahora no recuerda, la niña de quince años hace una semana se perdió en la noche, la encontró un colectivero de línea, molida a palos, hace una semana que está en coma, dice, don Silva, el correntino le dicen y dice don silva, mientras caminamos la calle, él con su bicicleta en la mano, yo gambeteando los autos que nos afeitan, como el enmascarado grito “Aio Silva”, don Silva que está esperando que salga la niña de quince de coma para saber quién es, quiénes son, los hijos de Cuca, que está calzado con facón, cuchilla, y que va a gozar cuando vea brotar a borbotones la sangre de los desgraciados dice, don Silva, que hace una semana carga el fierro esperando el momento, que cuando cae el sol pasea por el jardín, por la calle, con una pistola cargando, dice, don Silva que no le teme a la sangre que espera ansioso surja a borbotones de los cuerpos desgraciados dice, don Silva, hace muchos años, cuando era joven, de treinta y dos lonjazos, y con total razón, dio muerte a un desgraciado y sólo pagó tres de los siete años que le correspondían y todo porque estaba en su derecho, dice, don Silva, que espera a la niña de quince salga de la coma para saber, que está esperando que corra la sangre, que la culpa la tiene este turco hijo de la misma señora bailantera, me dice don Silva que en tiempos de los milicos estábamos mejor porque estas cosas no pasaban dice, don Silva, que no parece muy convencido

City Bell, 04.08.99


Acción política

a Julia Butterfly Hill

Un árbol. Una secuoya roja de California.
En la secuoya, una mujer hermosa como árbol.
Dicen de las secuoyas, son árboles elevadísimos.
Dicen también, hay una mujer cercana al cielo.

La Pacific Lumber es una Compañia 
a la que molesta secuoyas, mujeres, cielos.
Para la mujer árbol primero está la tierra, las raíces, por eso abraza la Luna.
Las empresas hacen negocios. En los negocios los números son importantes.

Una mujer pájaro abrazada a una secuoya durante 738 días.
738 días multiplicado por cientos de secuoyas 
es un mal negocio para la Pacific Lumber. 
Nombre extraño para una empresa de negocios.

Julia es un hermoso nombre, tan hermoso como una secuoya.
Una acción política a veces da frutos. 

Hay un lugar en California donde un bosque de secuoyas quiere ser inmortal. 
Eso dicen de las secuoyas.

Pero tanto depende de mujeres, hombres 
mortales que se eleven al cielo. Como mariposas.

City Bell, 1999


Abandono

He dejado a su suerte a un pichón de pájaro. Cerca del cerco. Vivo. Desplumado, con ojos de no abrir. Lo he visto sobre un colchón de fresco césped, olvidado, en la hierba. Recorría el parque. En busca de quienes desnudaban el jazmín, y allí estaba. A puro pico, en silenciosa plegaria de grito ahogado. ¿Un pichón de calandria? Suelen hacer nido en la muralla que me separa del mundo, más tarde, pensé, levantarlo. Buscar su casa, donde los padres recibirían al hijo prodigo, más tarde, ahora no, pensé, no tenía tiempo. Había apuro, en verdad siempre experimenté terror al recoger, acariciar, animales desconocidos a mi piel. Más tarde, pensé. Horas. Después. Al otro día, no estaba. Solo un enjambre bermellón titilaba en el paraje exacto del abandono. Porque más tarde, pensé. Moví. Con una varita de sauce, espantaba como podía. Un rebaño de fuego se erguía, soltando temeroso, irritado. La rama efervescente. Había escuchado. Dicen. Suelen volver al lugar, pensé. Pero ahora no. Más tarde.

City Bell, 08.10.99


Clandestino


“que se mojen las balas”
J. S.

“hagamos la del perrito” dijo ella
toda gatuna 
con sabor a colonia 
del otro lado del río 
y a tabaco negro y a ginebra áspera
“la del perrito” volvió a insistir 
y erguía devotamente 
sus manitas delanteras 
a la altura de los hombros
y sacando la lengüita dulce 
como un canino necesitado 
de caricias y de mimos
 
la idea no paladeaba demasiado
 
como te digo 
una cosa era compartir el tálamo nupcial 
de perdidas batallas ajenas
a oscuras 
en silencio absoluto
mientras los niños dormían en la cama cucheta 
a pocos pasos de nosotros
 
te digo 
la otra era hacer la del perrito en el baño 
a solo una puerta del padre del marido 
militar retirado experto en el arte 
de la arquería y en el tiro federal
que ahora despuntaba el vicio 
haciendo puntería a botellas de cerveza 
descerebradas por motus propio 
y en fila 
india
cabecita negra
bolita
erpio montonero 
guerrillero argentino
caído en desgracia
destrozadas una a una siete días a la semana
sin errar un solo tiro
 
“la del perrito”     “guau guau”
su su rra ba la pichicha 
y enterraba la sin hueso 
en lo más profundo 
de mi oreja izquierda

el baño tenía bañera y pileta 
con un solo grifo de agua fría 
y el bidé no funcionaba 
y una lamparita de 40 w colgaba de un cable 
a lo a líba bá
que caía del centro del cielo 
como un cabo raso
 
el lugar no era el apropiado 
para dos ovejeros 
en edad de merecer
y menos aún cuando se sintió rechinar 
la puerta de la habitación
del uniformado 
premio nacional 
de tiro al subversivo
 
“¡a la bañera!” ordenó 
marcialmente 
suave 
mi rin tin tin
 
y ahí fueron a parar mis huesos 
y mi corazón 
palpitaba al ritmo 
que john bonham 
le imprimió a black dog
 
ahora lassie 
acomodaba la cortina de la bañera 
dejándome tras ella 
como a un desodorante de ambiente
y apretaba el botón del inodoro 
sin el más mínimo deseo de simular 
se refrescaba las mejillas sonrosadas
y salía abandonando políticamente 
el campo de batalla 
envuelta en un pareo 
que hacia juego con sus ojos 
dejando la puerta entreabierta y a mí 
tras la cortina de hierro 
desnudo 
de cuerpo y alma 
rememorando algún retrato 
de goya y lucientes
caprichos impresionistas 
circa un tres de mayo
 
y como en algunas películas 
yo era un voyeur 
que observaba por el vano deslumbrante
nacido entre el quicio y la puerta 
del que veía nítidamente descansar 
un fierro de alto calibre 
sobre la mesa
no declarada 
como arma de guerra 
por la prensa sensacionalista
y al émulo del coronel cañones 
degustando en la cocina 
un aromático salamín picado fino 
con queso gruyeré 
y aceitunas y pan alemán 
y un paqueto ¿viste? pingüino 
pleno de líquido bermellón
y me sentí el protagonista 
de la última cena
 
(la banda de sonido 
de este largometraje de misterio
que giraba – diría seguramente la crítica – 
dramáticamente a uno de terror
como versión libre de algunos de los relatos 
de edgar allan poe
correspondía a la creación espontánea 
de mi gatita micifuz
que ronroneaba cachorra 
con entrecortados ronquidos 
absolutamente alejada 
de mi suerte 
la minina)
 
y mis ojos alucinando al capitán metralla 
ante los restos de la gran comilona 
y el enano de frac terminaba realmente exprimido 
en la bacha de la pileta 
y un eructo satisfecho culminaba la ceremonia 
a la que le faltaba la cereza de la crema 
que no era otra que yo
y la luz 
que iluminaba 
la cocina 
se desvanecía 
oscureciendo la pantalla
y leí “this is the end, beatiful friend” 
y cerré los ojos 
completamente 
emocionado del film 
que acababa 
de ver
 
y retorné 
al mundo 
de las realidades plenas 
ante imposible defensa 
con mi arma descargada 
sentí un tórrido escalofrío 
recorriendo mi columna vertebral
ante el ruido del picaporte de la puerta 
entreabierta del baño
 
que ahora se cerraba 
definitivamente


 
como este libro

City Bell, 19.09.99



EL MAGO Y OTROS TEXTOS
(1998-1999)


El mago  / 
Preguntas a mi madre  / 
Algo que decirte  /  
Don Silva  /  
Acción política  /  
Abandono  /  
Clandestino  /  

"Clandestino", texto escrito a fines de la década del ochenta o principios de 1990. La fecha indica día de su revisión final. La cita de Sabina corresponde a ese día.
Imagen: Casa de Don Silva (q.e.p.d) en City Bell. 

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