PÁJAROS CUBIERTOS DE CENIZA
(1982 – 1990)
(Hay versiones distintas
de muchos de estos textos)
de la talita dorada
CANTILENAS
Para vivir
sólo
necesito
pequeñas verdaderas cosas
el libro elegido
un arroyo traslúcido de luz y pájaros
un sauce llorón del que penda una última lágrima
una brisa profunda y fresca
En la tarde
tu amor
Ella
ella
escribe
con sus ojos
un mundo
(sencillamente nuevo)
su mundo
Sin apresuramientos
sin la fuerte agonía
del no decir
nada
Equilibrio
callada
buscas
la lluvia
la descalza y fría lluvia
de tu sombra
Naturaleza viva
en la canasta de caña de bambú
sobre la mesa circular
una naranja
de ombligo
cortar y llevar las mitades
a la baldosa fría
para que en la noche
una gata lama los jugos
de corazón partido en dos
Lluvia
veo la lluvia en el silencio
escarbar
entre sus pliegues
al verano perdido
a la eterna tarde
bajo las descorazonadas
hojas de los tilos en flor
las galletas con miel
mientras siento la lluvia mis ojos
nubes del cielo
Las nubes
desde tu pasajera forma te dibujo
entrañable amiga compañera de la calle
y revelo ese rostro escogido y silbo dylaneanas
para que brillen tus oscuros ojos encendidos
en la claridad de la plaza los árboles nos miran
Al besarte
la caprichosa sombra de pájaro
eterniza el día
Alcobranes
no no lloro por los alcobranes
sostenedores de partidas en el bar
aquellos que dialogaron sobre sus destinos de alcobranes
no no por ellos sino por otros
aquellos que se quedaron
mientras la vida partía
Pájaros
para cuando el pájaro
haya decidido salir de la jaula
el cielo se habrá desvanecido
Campo de girasoles sin cerezas
(Óleo sobre cicatrices)
no hay cerezas
en ciertas estaciones del alma
sólo girasoles amarillos
realmente amarillos
y orejas
diseminadas
a lo largo de la calle
Boulevard del sol
¿y si el mar no puede? ¿si no
puede la lluvia? ¿quién
podrá?
lavar/limpiar/curar
siento
crepitar
los huesos
y en el rincón
una piedra
¿El hombre nuevo?
dejó la mano
colgada en el perchero
y además un corazón
y salió a buscar la luz
la que no verá
Homo sapiens
él sabía
de hierbas
de la mano tendida en la arena
y de sus inscripciones
él sabía
de la noche taciturna
de su melopea
y de los pájaros que partían
él sabía
de la hora detenida
de collares sumergidos en el mar
guijarros sin pertenencia
playa sola
desmayada junto a tus ojos
DE AMORES Y DE ÁNGELES
Cotidiano
en la cocina
sentado en una silla de mimbre
ahora que dejo de leer
y miro
por la ventana
la higuera floreciente
y un colibrí
en la retama orificada
por el sol
en la cocina
lavando la lechuga
y los tomates
de la huerta
cociendo el arroz
(a fuego lento)
entre naranjas y uvas
rayando zanahorias
(porque te gustan)
te espero
a vos
que sos
mi comida
Una mujer
y mirar
por la ventana
(mirar)
la higuera
(mirar)
los lirios del agua
las estrellas de mar
(mirar)
la otra casa
(mirar)
(mirar)
con ojos ausentes
(mirarte)
Maravillas
en la música de la noche
te descubro/ nueva
ojos lunares/ sombras chinescas/
los higos de lo dulce
danzan al compás de mi boca
Nocturno
en las noches desespero
insomne rastreo entre las sábanas
la dulzura de tus pechos
antiguamente inmensos
inmensamente míos
Ella siempre
desmayada entre mis piernas
su pelo desayunaba en mi pecho
y dejaba miguitas
luego regaladas
a las palomas de la plaza/
..........
siempre repetía
«la inteligencia sola/ carece de dolor»/
..........
no supe de sus ojos -nunca me miraba-
y los buscaba cuando jugaba a perderse
solía recorrer lugares oscuros y ventilados
donde las sombras/ las nubes de la soledad/
hablaba desde el silencio de sus manos
y se reía -no lo hacía con frecuencia-
de los sueños/ de la revolución
del corazón/ la quimera del amor/
..........
acomodaba/ desacomodaba/
los libros de la biblioteca
y preguntaba y preguntaba/
Ella
preparaba sus cosas
para no irse jamás
y dejarme para siempre/
Fragmentos de la estrella fugaz
en tus manos/ pude eternizar aquello
que más amaba
lo sé ahora / cuando sólo quedan
pájaros cubiertos de ceniza
Antipoema escrito en un libro de poemas
Plaza Moreno, primavera de 1982
te vi
venir
hermosamente
desnuda
traías
un vestido
azul
(transparente)
(tan transparente
que lo soñé carmesí)
te vi
sola
no dije nada
simplemente
atiné
a morder-
me
el labio
Irene
te dejé ir
Irene
como a un
barrilete
(sin
rumbo)
amor
no tengo fuerzas
para levantar vuelo
y ya
(la mano
en la frente
como visera)
te perdí
de vista
Ella va
con
el sol
de octubre
entre sus manos
con
la roja
dicha
por venir
Amelia
la ardiente brisa
de tus ojos
la dorada lluvia
de tus besos
dicen del goce
el deseo del amor
la cristalización
del instante
De l’amour
cuando el amor nos hacía
nosotros hacíamos al amor
a la hora de las manzanillas
y del salvado y de la miel
cuando el amor nos hacía
nosotros hacíamos el amor
entre la luna y fugaces estrellas
por abrigo/ el cuerpo de los dos
cuando el amor nos hacía
nosotros hacíamos al amor
sin más preguntas
que el asombro y el deseo
cuando el amor nos hacía
nosotros hacíamos el amor
para perdernos luego por diagonales
pisando cielos de jacarandá
hacia ningún lugar/ como decir
a todas partes
Comparaciones
no sé por qué tomo
la costumbre de acumular
fatigadas botellas vacías
en un rincón del ropero
una al lado de la otra/
una al lado de la otra/
no sé por qué comparo
esas botellas con nosotros
¿será porque alguna vez
estuvimos plenos de contenido
y poco a poco
nos fuimos vaciando
uno del otro/ uno del otro/
como esas botellas
que ahora están
en un rincón del ropero?
Antología
en un libro de poemas de
Alejandra Pizarnik
(página 49, CEAL 1982)
guardé aquello que
quedó de vos
y seguirá allí
hasta que
te haya olvidado
o el resto de vos
se haya desvanecido
de una buena vez
Propiedad
la casa quedó vacía
apagué sus luces y logré conservar su aroma
en una caja de cartón
y busqué con la linterna de los olvidados
la noche
Estoy solo
y pienso siento
el dolor nos pertenece
Si ella
se pinta de ella
yo estaré aquí
en este lugar
esperándola
Ángeles
Nunca vi un ángel
En realidad no sé si los ángeles existen
Pero hay mujeres -hermosísimas- tan parecidas a ángeles
Cierta vez amé a una de esas mujeres ángeles
Su nombre era confusión
Mutaba junto a los días de la semana
El lunes Beatriz traía la vida nueva
El martes María Irene abría las puertas de la paz
El miércoles era para Ana y su laberinto
En jueves Laura se hacía fuerte y real como la locura
El viernes Casandra presagiaba al carro de preciosas ruedas
En la madrugada del sábado Isabel susurraba utopías de verano
Y en domingo descansaba
Por una cuestión de aproximación y verdad
preferí llamarla Angélica
Y el nombre le pertenecía: Angélica era un ángel
que creía ser testigo de dios entre los hombres
La ambición no es una de mis virtudes
Por eso me conformé con ser testigo de su desnudez
Al igual que la creación duró nuestro amor
Cada vez que la besaba daba gracias al Señor
Tendida sobre sábanas desprolijas de intenso azul
Era la isla de mis deseos
Y yo pájaro jugando en sus arenas
Luego de Angélica no hubieron ángeles de los sueños
Por ella supe del paraíso y de las delicias de la huerta
Aún la espero en esta primavera de corazones amarillos
INTERLUDIO
El que tiene sed
El que tiene sed se bebe las nalgas de la luna
Se bebe las flores caídas sobre la gruesa alfombra
Se bebe la abundancia y la pobreza
Se bebe la danza de su sombra de entre los cortinados del imperio
Se bebe el vino los compañeros desaparecidos la primavera el río
Se bebe el abanico de plumas blancas la camisa las hojas verdes
Se bebe la muralla el monte la violencia del enemigo la violencia
Se bebe el corazón el corazón purificado el tanino de las nubes
Se bebe la flecha el arco la piedra de los rincones
Se bebe a su amigo la aldea a los gallos de riña
Se bebe el vicio de la discordia la embriaguez de los solos en el invierno
Se bebe al vate los cometas que lo evocan
Se bebe lo sólido lo líquido de la vida
Se bebe al mar pero no sus aguas
Se bebe la hierba de las ruinas del antiguo palacio
Se bebe las campanas de las iglesias la armonía los tristes pensamientos
Se bebe la vara de sauce los burdeles -en especial aquellos donde habitó Lady Day-
Se bebe a los dragones de oro que escoltan a las doncellas brillantes como estrellas
Se bebe el exilio el olvidado perdón el recuerdo de la tierra natal
Se bebe
la flauta de jade
el tao
la poesía
El que tiene sed
se bebe
la flauta de jade
el tao
la poesía
EL CUERPO DE LA MEMORIA
No digas nada
pero ciertas instantáneas
vuelven a la hora de las estrellas
de infinita niebla
y más allá de la imagen corroída
al lado de las calles/ viaja aquello
que alguna vez veíamos
…
Prolongo la lluvia por deseo de recobrar
al profeta antiguo
No beberé agua
Haré perdurar
el domingo y los cuerpos
Cansado gritaré tu rostro en los baldíos
como quien camina sobre brasas
…
Cuando vuelvo al ayer
el amor salpica
la frente
Retorna el hambre
la mano/ los tatuajes
Desaparece la ciudad
El idioma cae de silencio
Y soy mar
plena isla
sueño
…
Querías ser
la justa melodía
el poema la voz
el placer
Y lograste apenas herir al viento
…
Como ilusión perdida en la lluvia
un sahorí frente a un quebrado espejo
no logra reconocerse
Sólo queda partir
y con la esencia de mis despojos
sahumar al viento
…
(Siendo una vez guijarro escuché el ruego:
«Cierren el sendero
al influjo del viento,
para que no pueda recuperar
su esencia de prestidigitador.»
«Purifiquen de leyendas
las paredes y los puentes,
para que ni siquiera
se recuerde su aliento.»
«Acallen todo vestigio de hombre,
y la memoria de todo hombre.»
Y cuando mueran las medusas
y cuando los pájaros abandonen sus desnudos cuerpos
¿tendremos la potestad/ el coraje de decir
la primera palabra?)
…
Siempre se retorna al surco antiguo
al envejecer la dorada agüita del corazón
Bien podré olvidar un instante la llama dilecta
el verdadero nombre
Y pedir a la gente un manojo de palabras
Sin otra sed que intentar dilucidar la noche
…
Esa herida dura
¿Amo coronas de ardor?
Soy ceniza mientras callo
…
No pueden los caprichosos ojos
adornar la ciudad
si no estás/
tristes albañiles/ con baldes
van y vienen
si parte la belleza es mejor
soltar la pena
y saltar
a un mundo que no tiene suelo
…
Dejada atrás la bendita belleza
su pasado renace
y así
tus ojos
retornarán al desierto
tálamo de ardor
MÚSICA DEL ALMA
Tomé el catalejo para saber qué ocurría
En la otra orilla alcancé a divisar a Li Po
que levantaba su copa de vino
y bailando
como un ebrio
nos saludaba
se lo veía feliz y yo era feliz y la felicidad
un lugar común
tan común que nos pertenecía a todos
Olvidos (aire de amor)
con trocitos
de teja
escribía
en la vereda
un nombre
una hora
una señal
con trocitos
de teja
inventaba
una flor
un cantero
un hombrecito
que reía
y lo hacía
custodiado
por pajarracos
de azul o de gris
que no dejan
escribir/dibujar
con trocitos
de teja
en la vereda
largo tiempo
hace ya
que ha pensado
en volver
a esa calle
donde
en las tardecitas
dejaba
una huella
un indicio
alguna marca
algo
como
«ya vuelvo»
«no te vayas»
y un nombre
que ha olvidado
Volver (tango)
Melchor Romero/ La Plata/ City Bell
vuelvo
como tantos otros
vuelvo a la casa
mi casa
donde al traspasar la verja
nadie espera
Obreros (blue)
con la pesadez de los vencidos
se cubrió la cabeza con las manos
las mismas manos que sellaron
los labios de ella/ cuando
para siempre se dormía
Muchachas (bolero)
calla
y cantemos
a las muchachas
sentadas aquí
en nuestras sillas
de otoño
Portarretrato (folk)
en el escritorio
junto a la lettera 22
se ve la hierba silvestre
el cielo/ celeste y gris
la acacia y las rosas
y además la casa
la hierba crece y crece
mientras escribe/ intenta/ este poema
el parque es un baldío
de la joven no hay noticias
Casi silencio (tango)
demasiadas palabras que relucen al sol no brillan
pero engendramos la propia desdicha
la lógica suerte/ la mortal herida
y no somos ajenos a largas sombras
a la muerte del alma
Fiesta en el paraíso (rock’n’roll)
Este hecho ocurrió en el octavo día de diciembre de 1980, cuando una aparición inesperada causó cierta mezcla de estupor y asombro entre los ángeles más jóvenes.
Un hombre de mediana edad, proveniente de un planeta azul al que había enseñado a imaginar, vestido de negro y con una epiphone despintada colgada al hombro, llega a un cielo colmado de diamantes y, sin más, como carta de presentación, comienza a tararear una canción que habla del amor como respuesta, y pegadita, otra que cuenta sobre héroes de la clase trabajadora.
Siguieron algunos de sus clásicos, todo condimentado con joyitas de otros querubines, como cuando comenzaron a sonar los acordes de be bop a lula -de un tal Vicente, otro de los espíritus celestes-. En ese momento, prácticamente no quedó ningún ángel sin batir palmas e, incluso, los más osados se animaron a rocanrolear en las altísimas nubes de un cielo de mermelada.
Luego de la comunión de las almas, San Pedro recibió al más rebelde de los ángeles.
- Sea Bienvenido, Mr. Lennon, ya estábamos bastante anquilosados aquí en el paraíso.
La Virgen esa misma noche lo amó.
Fisurado (blue)
bebí de tu jarro vacío
de sentimientos
luego de caminar
aquello que el deseo pedía
te dabas vuelta
en tu país
no existían las buenas noches
Cantares
en la tonada del aire
(aspira intensamente)
bonanza de reliquias
de amapolas
(exhala ahora)
y luego
la lluvia
lo asienta
y después
el viento
desparrama
cenizas de un poe-
ma
per
-dido
Addio
él
está
solo
y
no
le
basta
*
los poemas de pájaros cubiertos de ceniza fueron escritos entre los años 1982 y 1990
encuadernado e impreso de manera artesanal
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