OTRO DÍA POR HOY
City Bell, diciembre de 2011 – febrero de 2012
1
OTRO DÍA
City Bell, diciembre de 2011
“Llega a ser lo que eres”
Píndaro
Con la voracidad de un ciego
intentando leer las preguntas,
me sentí dichoso y fui
al taller Encendí
la máquina, me senté
en la silla de escribir
y comencé a girar
Hay una silla en el sentar
de ahora está más
para fueguito ¿Podrá el volver
sentarse en cuerina roja
como estrofa que late?
(Canción) Puedo decir:
mi vida es bastante sencilla,
me gusta mirar los charcos
que juntan la lluvia,
y preparar el mate para los dos,
y expresar mis ideas,
y estar cuando despiertas
Siempre estar ahí
Pero aquí nunca llueve
y la mayoría de las veces no estás
de acuerdo con mi punto de vista,
y yo paso a ser el insomne
y vos la esfumada junto al humo
Cuando despierto,
eso me gustaría
Los dos con lluvia o sin ella
y las mejillas rosadas,
los dos siempre
con la primera luz,
y mirar los charcos
que juntan la lluvia
de este tiempo loco
En pocas horas
las cuatro estaciones,
y preparar el mate
y expresar nuestras ideas
A partir del tema de Blind Melon “No Rain”, 1992
A la memoria de Shannon Hoon (1967-1995)
En el vos
luciérnagas y fuego no
hacen más, y no
existía en el calentito
de apretujarnos
La belleza: pájaros
que se vuelan, y siempre
vuelven. Y se van
En el momento de volver,
el mundo se acomodó,
y volvimos
a la pobreza de las voces
¿Puedo beber tu amor?
Las botellas y los vasos
vacíos juntan insectos
en la casa abandonada
Lejos, como un avión
ya no se ve,
abro los ojos
ante una intensa
oscuridad que escupe
en mi cara
el sabor del mundo
Vuela Está
en el aire la llave
de todas las cerraduras
Las puertas de lo
parecido y del aparecer
De lo definido y de lo
extraño
Quedarse, aquí, en el soy
En el significado y la música
en la otra orilla?
Un puerto
Un madero
¿Qué habrá
La belleza arde
en los ojos
del desprevenido
Ahora va con ella de la mano
hacia el lugar
de la dialéctica ceremonia
No leí nada
Ni siquiera
esta línea escrita
con largo lápiz
sin punta de vos
Trece es el número
de la discordia
Y trece son los años
que llevó terminar
el techo de la casa nueva
Una casa vieja,
deshabitada, nueva si
hace trece años atrás
el techo no hubiese sido
un número de dos cifras
y sí un compartido abrigo
Salieron los fuegos
de la boca del payaso
de la ausente fortuna
La fiesta los encontró
bailando entre las llamas,
hasta el calor profundo
del frío
Hice un Osho en el barro
Las lágrimas de mis antepasados
quebraron el frío
y elevaron mi boca
hacia la superficie
Luego, respiré
Y piso el barro
jubiloso
de la derrota,
jirón callado
de nuestras vidas
Leemos para poder
ser amados. Para
que este libro:
botella de mar que
se destapa y se vacía,
lenta, en nuestro corazón
En el corazón de quien
ya sabes
En los días de atrás,
unos nueve o diez,
ayer que le dicen, no supe
por dónde andaba. La espalda
se retorcía en un dolor aguado,
eso creo recordar, sentado
siempre con la cabeza
gacha, con los ojos cerrados;
en el afuera
luces brillantes de los días
felices; tan extraño
como el exterior de mí,
como el interior de mí,
como un sueño del que
nunca despierto vivo
Eres la rosa
que brilla
Lo sutil, absoluto y partido
Ser, y quedarse, hacia adentro y hacia afuera
A solas y en silencio
*
Llega, ¿el poema o su sombra?, ¿su dicha o su
--------viento?, silba el mar lejos de nuestra
-----------tierra
Cargué la escopeta
y
bajé
al
sótano
Otro día, sobre este punto:
.
, quisiera decir
algunas palabras
City Bell, diciembre de 2011
2
POR HOY
City Bell, enero – febrero, 2012
“El poema, ocurrirá, y eso es todo.
Y eso alcanza, por hoy”
En el primer poema del año me dije:
“No puedo creer
verte así” Miré
y vi tus ojos y tu boca
y un mar con islas de alba
donde los nómadas moradores del desierto
danzan; y danzamos en la arena, en sus llamas,
y exhaustos de alcohol
abandonamos las tiendas bajas,
nos arrojamos al mar,
y en el más allá del mar
el fin del mundo, nuestra salvación
Las deseadas orillas
de tus labios
han acabado en naufragio
No tengo la culpa de cómo me llames
Es cierto, miro con un solo ojo
Con los dos, hablas de mi mal genio
y de la capacidad de abstraerme
de la vulgaridad del mundo El concepto
me pertenece Los pies,
firmes sobre la tierra Las canciones,
suenan, día y noche, en mi cabeza
Pienso con los ojos dormidos
Hasta que el poema los despierte
y encuentre la palabra
Octavio y Chiquita estuvieron en casa
La tarde y la noche nos encontró,
bajo el sauce, pensando
la poesía
Una tarde, una noche
el poema latió,
en una ensenada de flores amarillas
Para Juan Octavio Prenz y Chiquita Maison,
City Bell, 5.01.2012
No escuchamos la misma poesía
Unas palabras unidas por el azar o por la razón del azar,
con el coraje o el temor de la incomodidad
de los vientos de la sangre,
nada saben del silencio del hombre
y de las carrasperas de los huesos
No oímos la misma poesía
Mortales de la noche o el amanecer
o de las circunstancias del amanecer
o de la noche, salimos
de nuestras cuevas, al aire,
al aire fresco y putrefacto, con una hoja
manchada, justa, indescifrable, precisa
Ella se miró al espejo y no lo pudo creer
De sus fosas nasales salían dos plumeros frondosos
De pluma de pavo los plumeros
Dudó un poco Pensó Pensó
la de maravillas a realizar Desempolvar
la casa de una polvorienta acumulación de años
Se miró otra vez, y se decidió por las tijeritas vírgenes
que descansaban en el alhajero de la abuela
A la noche,
un dolor abdominal
me hizo mirarte
durante horas
A la mañana, cuando
el ruido del alfeizar
se calmó,
guardé
la pala limpia,
lavé mis manos,
los brazos y la cara,
y entré a la nueva casa
La suerte sigue echada
como perro quieto
entre moscas y piedras El calor
es insuficiente para los bebederos
vacíos de agua y saliva y besos
Nada de lo que escriba va en auto
El aletargado fragmento
en un mar de flores
secas
Anoche matan a una joven en Abasto
Las peores vacaciones para dos chicas platenses
Una serie de robos interrumpieron la tranquilidad de Olmos
Saquean estudio fotográfico
Sigue la conmoción por el asesinato de un vecino
Matan a un mecánico en un intento de robo
Otro salvaje ataque de Motochorros
Falleció la mujer baleada
Tragedia en un hospital
Balean a empleado legislativo
Atacó sexualmente a una vecina y lo detuvieron
A la comisaría por dañar un auto
Intentó perpetrar un robo y se cortó la yugular con un culo de botella
Me tomo un respiro aspirando el mismo aire putrefacto
y paso a los obituarios para seguir nutriendo el día
Siempre la canción
se arremolina
entre los árboles
Bailan platos
y la mesa golpea, una
y otra vez, el somos
del ahora en el campanario
Un viejo hurga
en su panza de arena,
mientras el mar
vomita su espuma
ante la imposibilidad
de mirarse en el espejo
Los días se apretujan en un frasco vacío de sudor
Como opio en una ensaladera transparente de gusanos y cebollas
Una semana de diamantes imprecisos, y la necesidad
de flores cortadas después de la lluvia
La respuesta flota, y el viento silba nítido
en el cementerio de la belleza viva de los cuerpos
Escribir hace que el pasado
no se pierda Esto estoy viviendo
ahora y anoto en cartulinas rojas y amarillas
para trasladarlas en un viaje donde vamos
dejando jirones y llega lo que llega
porque el escribir hace
que el pasado no se pierda
y sigue siendo aún con otros ojos
así
Mezclar y dar de nuevo
No hacer el ojo
al enemigo
interior
En el siempre más
del aprender
Me fui en el quedarme
y el cielo oscureció el amanecer de lo por llegar
No, no vengás, quedáte en el allá del venir por mí
Un firmamento, azul, triste
Mirar la mañana desde la sombra
de un árbol seco. En el azul de la tierra,
el sol humedece, raíces
se alejan en el más
cerca, ¿y llegará?,
¿la noche del dormir?
Me mordí la lengua
Unos gramos en veneno
inundó mi cuerpo
Cerré los ojos y decidí
mantenerme callado
En unos minutos terminará el dolor
Luego me tragaré entero, y seré otro
Un hijo sin necesidad de padres
Secos de nosotros
la agua quiere dar sol
a tus ojos
Brillan en la belleza del mar,
ahora
Até las manos
a los libros (En el jamás
del adolecer
apareces,
des-olvido)
“un puño golpea el agua de las plantas”
Y tus manos desamparan a las hojas
caídas las hojas caídas
me abandonan
El otoño me alcanza
un febrero de lluvia
y viento que te llevólas hojas caídas
me abandonan El otoño me alcanza
un febrero de lluvia
y viento que te llevóun febrero de libros y lluvia
Y tu lengua en remolino:
¿savia llevólasun?
Jazmines chinos y campanillas violetas
mordidos por la lluvia
Para siempre en nuestra página, la flor
en tus ojos y en los míos
Ella Nunca
escribe Ni deja
señales de humo (¿o acaso
se escabulleron entre
las redes del sol?). Oh,
unas pocas
sílabas para seguir,
para tararear
más allá
de la imposible
escritura
En el de mientras
de la noche amarga
tus ojos verdes
paralizan mis manos
y no puedo
encender el fósforo
de nuestras vidas
Intento escribir un poema
el día de mi cumpleaños
¿Pierdo el tiempo, abanico
de viento, en pensar, fresco?
La poesía está cuando ella quiere
El poeta, cuando puede
¿Pierdo, intentando, escribir
el tiempo, un poema?
Las palabras llegarán El azar
o el amor o lo imborrable
Las acomodarán en la fiesta del mundo
Será, en este día
O no será Pero cuesta creerlo
El poema, ocurrirá, y eso es todo
Y eso alcanza, por hoy
OTRO DÍA, POR HOY
1
OTRO DÍA
Con la voracidad / 00
Hay una silla / 00
Canción / 00
En el vos / 00
La belleza / 00
En el momento / 00
¿Puedo beber / 00
Vuela / 00
Quedarse / 00
en la otra orilla? / 00
La belleza / 00
No leí / 00
Trece / 00
Salieron / 00
Hice un Osho / 00
Y piso / 00
Leemos / 00
En los días / 00
Eres la rosa / 00
Cargué / 00
Otro día / 00
2
POR HOY
En el primer poema del año / 00
Las anheladas / 00
No tengo la culpa / 00
Octavio y Chiquita / 00
No escuchamos / 00
Ella se miró / 00
A la noche / 00
La suerte / 00
Anoche matan / 00
Siempre / 00
Los días / 00
Escribir / 00
Mezclar / 00
Me fui / 00
Mirar / 00
Me mordí / 00
Secos / 00
“un puño / 00
En el esto que no / 00
Jazmines / 00
Ella / 00
En el de / 00
Intento escribir / 00
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